No dia 9 de Outubro faria 100 anos. Morreu ontem. Aqui ficam alguns dos seus poemas. Podem ler mais aqui e aqui, sítios onde fomos buscar:
De puntillas ha entrado en mi alma
De puntillas ha entrado en mi alma
sin sentirlo, ni si el alma tiene puertas,
aunque he sentido pasos, y calor,
y ese silencio que sucede.
No hay silencio como el de la soledad,
que no es tan fácil como se dice
eso de estar solo (pero eso es otra cosa,
siempre todo es otra cosa). Pero vuelvo
a la soledad que tan bien se lleva,
con ese silencio que se hace
en la soledad, y desvanece las compañías
que no son soledad, y nos hace
andar por dentro, sintiendo las resonancias
del silencio en la soledad, las olas
de la soledad en el silencio.
La dicha, qué es la dicha?
La dicha, qué es la dicha? (La palabra
no me hace feliz, dicho de paso). Yo diría
que es sencillamente ir contigo de la mano,
detenerse un momento porque un olor nos llama,
una luz nos recorre, algo que nos calienta
por dentro, que nos hace pensar que no es la vida,
la que nos lleva, sino que nosotros somos
la vida, que vivir es eso, sencillamente eso.
Tu oficio, poeta...
Para que algo quede de este latir,
para que, si alguien quiere mirarse, pueda;
para calmar quizá alguna sed, y que alguien diga
«a mí me pasó algo semejante».
Los poetas estamos para eso:
para ofrecerles tránsito a los demás,
para que se encaramen sobre nuestros latidos, y que divisen
un poco más allá, en médio
de tanta oscuridad como nos circunda.
A veces nada tiene sentido, ni siquiera
que me des la mano o esse
limón redondo tan bello en la vereda.
A veces lo que tiene sentido no tiene sangre,
ese poco de sangre por la cual se muere.
Todo es ganas de morir de otra manera,
ganas de imitar a los ríos y que la tierra vea
que hay otras aguas y otras penas, y los cielos
contemplen misericordiosamente
nuestras peregrinaciones.
Tu oficio, poeta, es contemplar,
que todo se te escriba dentro; luego,
quizá leer allí mismo, quizá decir a los otros
lo que allí mismo, escrito, tú lees.
De puntillas ha entrado en mi alma
De puntillas ha entrado en mi alma
sin sentirlo, ni si el alma tiene puertas,
aunque he sentido pasos, y calor,
y ese silencio que sucede.
No hay silencio como el de la soledad,
que no es tan fácil como se dice
eso de estar solo (pero eso es otra cosa,
siempre todo es otra cosa). Pero vuelvo
a la soledad que tan bien se lleva,
con ese silencio que se hace
en la soledad, y desvanece las compañías
que no son soledad, y nos hace
andar por dentro, sintiendo las resonancias
del silencio en la soledad, las olas
de la soledad en el silencio.
La dicha, qué es la dicha?
La dicha, qué es la dicha? (La palabra
no me hace feliz, dicho de paso). Yo diría
que es sencillamente ir contigo de la mano,
detenerse un momento porque un olor nos llama,
una luz nos recorre, algo que nos calienta
por dentro, que nos hace pensar que no es la vida,
la que nos lleva, sino que nosotros somos
la vida, que vivir es eso, sencillamente eso.
Tu oficio, poeta...
Para que algo quede de este latir,
para que, si alguien quiere mirarse, pueda;
para calmar quizá alguna sed, y que alguien diga
«a mí me pasó algo semejante».
Los poetas estamos para eso:
para ofrecerles tránsito a los demás,
para que se encaramen sobre nuestros latidos, y que divisen
un poco más allá, en médio
de tanta oscuridad como nos circunda.
A veces nada tiene sentido, ni siquiera
que me des la mano o esse
limón redondo tan bello en la vereda.
A veces lo que tiene sentido no tiene sangre,
ese poco de sangre por la cual se muere.
Todo es ganas de morir de otra manera,
ganas de imitar a los ríos y que la tierra vea
que hay otras aguas y otras penas, y los cielos
contemplen misericordiosamente
nuestras peregrinaciones.
Tu oficio, poeta, es contemplar,
que todo se te escriba dentro; luego,
quizá leer allí mismo, quizá decir a los otros
lo que allí mismo, escrito, tú lees.
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