29 outubro 2011

Para quem gosta de saber


Como é e como funciona a Opus Dei. Por que regras se rege e que tipo de benesses proporciona. Tudo aqui, em espanhol, e já depois da censura a que foi sujeito o sítio por ordem da justiça espanhola.
A Opus Dei trabalha tanto como uma agência secreta e mete numa bolsinha o tipo de coisas que se vê em filmes americanos.
Uma amostra: «Las inquietudes de un hombre de negocios o de un político, las preocupaciones de los sacerdotes diocesanos, lo que pueda oír la limpiadora de cualquier curia, o el conductor del automóvil de un político o de un Obispo, o un familiar próximo, o alguien cercano a la familia, el camarero del restaurante, etcétera, todo eso llega, de todo se toma nota o se juzga, y todo se recoge como el agua en los embalses. Es más, tratándose de Obispos, está indicado que todo miembro de la Prelatura que tenga algún contacto directo con la jerarquía debe redactar un escrito detallado para entregarlo a los Directores, sobre todo si en las conversaciones ha sido mentado el Opus Dei. Y, si esa persona no es capaz de redactarlo, se encarga de hacerlo quien recibe su charla de “dirección espiritual”.
De este modo los Directores nacionales y centrales del Opus Dei retienen información abundante sobre cada Obispo, por ejemplo, como un discretísimo “servicio de inteligencia” en el seno de la Iglesia, que va dejando constancia de todo y centraliza la información. Después, no es difícil diseñar una “política de relaciones públicas” para en cada momento promover la imagen que conviene o hacer pensar a otros lo que interesa. Y, al igual que con los Obispos, sucede lo mismo con casi todo. Como el gobierno de la institución influye en sus miembros a través de la dirección espiritual, es fácil servirse de ella para actuaciones institucionales interesadas, al modo de los grupos de presión. Esto ha ocurrido en política, en finanzas, en medios de comunicación y en otros ámbitos profesionales, y ocurre también en el seno de la sociedad eclesiástica. Ése es el “poder del Opus Dei”, que algunos dicen, sea en el Vaticano o en las curias eclesiásticas, en la política, en la educación o en las finanzas: algo muy distinto de la fuerza transformadora de la oración de los santos, a veces difícil de calibrar. Y así los límites entre organización de servicio y organización de poder se tornan muy borrosos y sutiles en la práctica. La supuesta finalidad estrictamente espiritual de la Prelatura se diluye por excesivamente “encarnada” en las conveniencias del momento.»
Ver também a reportagem da Visão, aqui.

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